La revista digital de los Ex alumnos Licmilaya

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Los Juegos Deportivos Inter Liceos Militares de 1980

Los III Juegos Deportivos Inter Liceos Militares debieron realizarse en Caricuao, luego de que la justa se estrenara en La Grita en 1978 y continuara en Puerto Píritu, en 1979. Sin embargo. Debido a problemas de logística de alojamiento, la Dirección General Sectorial de Educación del Ministerio de la Defensa – a la cual estaban adscritos los liceos militares en esa época – resolvió que los juegos de 1980 volvieran a realizarse en el Estado Táchira. 

 

La inauguración del evento y los torneos de baloncesto y volibol se realizaron en el Gimnasio Los Comuneros, en tanto que las competencias fútbol y beisbol se realizaron en el Polideportivo García de Hevia, ambos en La Grita. Las pruebas de atletismo de pista y campo se hicieron en el Polideportivo Víctor Maldonado de Rubio (a tres horas de La Grita), mientras que el tradicional maratón se corrió por las calles de la localidad anfitriona. 

 

Estos juegos marcaron el debut del Liceo Militar Libertador de Maracay, que participó en las competencias infantiles ya que, habiendo sido fundado en 1978, solo contaba con alumnos en los cursos de Primer y Segundo Año.

 

El viaje a La Grita inició con el traslado en autobuses desde Caricuao hasta Maiquetía, en donde la delegación mariscalista abordó un Lockheed C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Venezolana para ser transportada hasta el Aeropuerto “Francisco García de Hevia”, en La Fría. Autobuses del Liceo Militar Jáuregui nos esperaron para transportarnos 40 kilómetros a través del páramo tachirense, en un maravilloso viaje de una hora. 

 

 Inauguración de los Juegos Deportivos Inter Liceos Militares de 1980.
Inauguración de los Juegos Deportivos Inter Liceos Militares de 1980.

Cómo el liceo estaba prácticamente vacío por el fin de año escolar y víspera de exámenes finales, pudimos seleccionar el dormitorio y la litera en dónde acomodarnos. Por su parte, los profesores y los oficiales superiores se alojaron en el Hotel de Montaña, en las afueras de la ciudad. Tan pronto arribó nuestra delegación a las instalaciones del liceo en el sector de Llano del Alto, debimos correr a cambiarnos para participar en la ceremonia de inauguración en el gimnasio ubicado a corta distancia detrás del liceo.

 

La amplia agrupación mariscalista estuvo encabezada por nuestra reina del liceo y madrina Ana Margarita Ramírez Méndez de Cuarto Año, a quien tuve el placer de escoltar junto a mi compañero y hermano Narciso “Chicho” Buriel Hernández. La primera victoria del Ayacucho en tierras tachirenses ocurrió cuando Ana Margarita fue coronada como reina de los juegos.

 

El mismo Gimnasio Los Comuneros serviría de escenario para el ansiado encuentro de baloncesto entre el Jáuregui y el Ayacucho, el cual no había podido realizarse el año anterior porque la disciplina no fue incluida en el programa en Puerto Píritu. Ambos liceos ya habíamos vencido al Anzoátegui, por lo que el partido tenía implicaciones de campeonato. Lamentablemente, la rigurosidad localista al momento de “pitar” las faltas diezmó a nuestro equipo a través de múltiples expulsiones, y terminamos con cuatro jugadores en la cancha. Sumado a eso estuvo la destacada actuación de un alumno jaureguino de Quinto Año apodado “Plum” y que no fallaba desde ningún sitio del perímetro.

 

En el torneo de beisbol destacó la gran jugada de relevo que hicieran entre mis compañeros Eduardo “Ñaño” Sánchez Vásquez y Douglas “Cabubi” Cadenas Barraes para “enfriar” en el home a un corredor del Anzoátegui, en el partido por el campeonato. De héroe a villano, “Ñaño” trató de mostrar el poder de su brazo en otro batazo por sus predios del jardín izquierdo y “voló” la pelota por encima del backstop…

 

Equipo de volibol, entrenado por el profesor José Varela.
Equipo de volibol, entrenado por el profesor José Varela.

A manera de revancha tuvimos una gran demostración en la forma de un partido “amistoso” de volibol entre los entrenadores de ambos liceos, en el cual los profesores Juan Rebolledo, José Varela y Antonio Prieto, entre otros, mostraron sus grandes habilidades como armadores y rematadores. 

 

Las competencias deportivas estuvieron marcadas por un dominio del Jáuregui en volibol y baloncesto, del Anzoátegui en beisbol, y del Ayacucho en fútbol y atletismo. Era curioso que cada uno de los liceos tenía una disciplina deportiva por la cual era identificado. Al final de la justa, el Jáuregui revalidaría el título obtenido el año anterior, con el Ayacucho ubicándose en un cercano segundo lugar.

 

Personalmente, cuando pienso en esta justa me viene a la mente el recuerdo de la gran pelea de Roberto “Mano e´piedra” Durán y Sugar Ray Leonard quienes se enfrentaron el 20 de junio de 1980, en el Estadio Olímpico de Montreal. En el casino del Jáuregui, alumnos de todos los liceos nos unimos en una sola voz para celebrar la victoria del panameño y verle coronarse contra todo pronóstico como campeón del peso welter del Consejo Mundial de Boxeo.

 

También recuerdo gratamente el honor de haber comandado al batallón compuesto por las delegaciones deportivas de los cuatro liceos militares: Jáuregui, Ayacucho, Anzoátegui y Libertador. Era la primera mañana de actividades y yo era el alumno de mayor jerarquía que se encontraba en el Patio de Honor al final del toque de clarín, por lo que el Oficial de Día me indicó que ordenara la formación. En ese momento se me erizó la piel, procedí a dar el grito: “Batallón… ¡Por compañías en líneas de pelotones en columnas… Reunión!

Equipo de baloncesto, entrenado por la profesora Luisa Alvarado.
Equipo de baloncesto, entrenado por la profesora Luisa Alvarado.

Los juegos culminaron extraoficialmente con encuentros amistosos de dominó en casa de los compañeros jaureguinos para despedir la intensa y emotiva semana de camaradería y hermanamiento liceísta. No faltaron aquellos alumnos devotos (o desesperados) que aprovecharon la oportunidad para ir a venerar al Cristo de La Grita para pedirle su intervención divina a cambio de alguna promesa que les permitiera aprobar todas las materias durante los exámenes finales, próximos a iniciar. 

 

A la mañana siguiente, luego del desayuno y de la formación de lista y parte, abordamos los incansables autobuses para emprender el retorno al aeropuerto de La Fría, de ahí a Maiquetía y luego a Caricuao… a casa… a nuestro inolvidable Liceo Militar Gran Mariscal de Ayacucho.

 

Rafael Andrés Curra Lava

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