La revista digital de los Ex alumnos Licmilaya

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Jubileo de Oro de la XIII Promoción, 1967-2022

El 19 de julio de 2022, la XIII Promoción “Teniente Coronel Ingeniero Juan Manuel Cajigal” conmemoró el quincuagésimo aniversario de su graduación del Liceo Militar “Gran Mariscal de Ayacucho”. 

Parafraseando el “Volver” de Carlos Gardel, cincuenta años es nada, pero a la vez es mucho. Ya se han graduado 50 promociones y ya son LXIII. Al reunimos una vez más, para festejar este y otros momentos, no podemos ignorar que “las nieves del tiempo han plateado nuestra sien”.

 

El sarao fue en el Club Portugués. Físicamente asistimos los residentes en el área metropolitana. De corazón y alma nos acompañaron desde diferentes partes del mundo: Brasil, Chile, Costa Rica, España, Estados Unidos, Japón y Suecia. Y desde el Cielo, por la gracia de Dios, nos acompañaron aquellos que antes partieron. A ellos los extrañamos. 

 

Quienes viviendo en Venezuela no nos pudieron acompañar, nos llenaron el chat con maravillosas reflexiones y deseos por una entusiasta celebración. 

 

Esta vez trajimos al redil a dos ovejas extraviadas por muchos años: Félix Azcarate y Adolfo Ochoa. 

 

Entre abrazos, alegres recuerdos, inevitables chalequeos, tardías declaraciones de amor, música de ambiente y propia, tragos, buena comida y un tremendo palo de agua, un grupo de veteranos, que por un momento volvimos a tener entre 12 y 18 años, nos divertimos un montón. “Por un buen rato volvieron a nuestras mentes leyendas encarnecidas de tiempos adolescentes”.

 

En cada reunión, siempre encontramos una tarima y en ella nos montamos. Como dice Alfonso Urbáez, formamos un gran barullo y allí entonamos las notas del himno sonoro con gran orgullo. 

 

¡Gracias a Dios Todopoderoso por permitirnos compartir una vez más!

 

Felicitaciones para los integrantes de la LXIII “Gran Mariscal de Ayacucho” al engrosar la larga línea de tradición mariscalista.

 

Oswaldo Contreras, XIII

LICMILAYA XIII

Albergue en El Destino

Los senderos, cuando son muy largos, tienen reposos para que el caminante tenga sosiego y pueda recuperarse. La frescura de alguno de esos parajes logra que al mirar al cielo hagas que imagines un momento en que tus ojos están fijamente observando una ventana donde ocurren las cosas que te hacen feliz.

En el año de 1967 cuando caminaba por una de esas rutas llamada vida, llegué a un descanso que Dios puso en mi destino. Era un verdadero Oasis, lleno de aromas, de impresionantes colores, con ecos que se convertían en melodías y dónde el corazón se estremecía como si algo divino estuviera por suceder. Y allí apareció esa ventana, y allí se fijaron mis ojos, allí afloraron seres inconfundibles etiquetados con nombres que se incrustaron en lo más hondo de mi ser y se convirtieron en parte del almacén de mi alma.

La ventana se volvió fugaz y como si se esfumase por un soplo repentino, esos seres estaban a mi lado y el descanso se convirtió en un albergue. Era un compartir que sería eterno, sería el inicio de un intercambio que confundiría mi sangre con la de ellos, que haría granítica una amistad inquebrantable.

El sendero seguía y ahora no caminaba sólo, me acompañan mis hermanos de la XIIl y seguían más descansos convertidos en albergues de nuestra inocencia y posteriormente de nuestra madurez. El tiempo pasó y aún después de muchos años nuestras palabras y nuestros actos siguen adornando aureolas que irradian paz, divinidad y confraternidad. 

Son más de cinco décadas y quiero seguir en esos albergues hasta donde me lleve el sendero y que allí sigan descansando sobre los hombros de ustedes mis abrazos llenos de amor .

    

Pedro Celestino Del Moral Pérez 

            Talega C-137

Los 50 de la XIII

 

En el Centro Portugués

hicimos una reunión

para la conmemoración

de los cincuenta. ¿No ves?

 

Entre copas y bebidas

volvieron a nuestras mentes

leyendas encarecidas 

de tiempos adolescentes.

 

Anécdotas, cuentos e historias

de antaño hubo un montón

y puso a andar el Totón

su providencial memoria.

 

Formamos un gran barullo

y aunque nos salió muy feo

entonamos con orgullo

nuestro himno del Liceo.

 

Debemos agradecer 

a Oswaldito y a Marucha

por tan lindo acontecer

pues nuestra dicha fue mucha.

 

Y por esa invitación

gracias a Freddy Rosales,

fue una gran celebración 

permitan que lo señale.

 

Alfonso Urbáez L.

Caracas, 24 de julio de 2022.

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